Se acerca el 2 de noviembre, y con esto, nuestra celebración de la muerte, recordamos a quienes con tristeza despedimos hace poco o mucho tiempo y los recibimos nuevamente para compartir con ellos como cada año una comida o una cena, el vino y el cigarro, la fruta y el pan.
Conmemoramos esta fecha con dulces, ofrendas y hasta con burlas a la muerte con esas calaveritas literarias. Los invitamos a nuestras casas y los visitamos en su morada para estar con ellos, contamos chistes y anécdotas como si los tuvieramos a nuestro lado.
Conservemos esta tradición y mantengamos vivos a nuestros muertos no sólo una vez al año.