noviembre 01, 2010

Macario y La Muerte Madrina


Anoche vi "Macario", una adaptación del cuento de los hermanos Grimm La Muerte Madrina y si, ya sé, siendo una película tan clásica y con tantas buenas críticas incluida la nominación a un Oscar como mejor película extranjera, ¿por qué no la vi? No lo sé pero la verdad me gustó mucho la adaptación que hicieron y la visión de Macario sobre cada uno de los personajes: el diablo, Dios y la muerte, así como a la idiosincrasia del México de aquella época. Claro, con un pequeño giro.


Si no la han visto se las recomiendo ampliamente, pero mientras aqui les dejo el cuento de los hermanos Grimm: La Muerte Madrina.



Un hombre muy pobre tenía doce hijos; y aunque trabajaba día y noche, no alcanzaba a darles más que pan. Cuando nació su hijo número trece, no sabía que hacer, salió a la carretera y decidió que al primero que pasara le haría padrino de su hijito. Y el primero que pasó fue Dios Nuestro Seños; él ya conocía de los apuros del pobre y le dijo: "Hijo mío, me das mucha pena. Quiero ser el padrino de tu último hijito y cuidaré de él para que sea feliz." El hombre le preguntó: "¿Quién eres?" "Soy tu Dios." "Pues no quiero que seas padrino de mi hijo; no, no quiero que seas el padrino, porqué túa das mucho a los ricos y dejas que los pobres pasemos hambre." El hombre contestó asi al Señor, porque no comprendía con qué sabiduría reparte Dios la riqueza y la pobreza; y el desgraciado se apartó de Dios y siguió su camino. Se encontró luego con el diablo, que le preguntó: "¿Qué buscas? Si me escoges para padrino de tu hijo, le daré muchísimo dinero y tendrá todo lo que quiera en este mundo." El hombre preguntó: ¿"Quién eres tú?" "Soy el demonio". "No, no quiero que seas el padrino de mi niño; eres malo y enganas siempre a los hombres." Siguió andando, y se encontró con la muerte, que estaba flaca y en los huesos; y la muerte le dijo: "Quiero ser madrina de tu hijo." "Quién eres" "Soy la muerte, que hace iguales a todos los hombres." Y el hombre dijo: "Me convienes; tú te llevas a los ricos igual que a los pobres, sin hacer diferencias. Serás la madrina." La muerte dijo entonces: "Yo haré rico y famoso a tu hijo: a mis amigos no les falta nunca nada." Y el hombre dijo: "El próximo domingo será el bautizo; no dejes de ir a tiempo." La muerte vino como había prometido y se hizo madrina.


El niñito creció y se hizo un muchacho; y, un día, su madrina entró en la casa y dijo que la siguiera. Llevó al chico a un bosque, le enseñó una planta que crecía allí y le dijo: "Voy a darte ahora mi regalo de madrina: te haré un médico famoso. Cuando te llamen a visitar un enfermo, me encontrarás siempre al lado se su cama. Si estoy a la cabecera, podrás asegurar que le curarás; le darás esta hierba y se pondrá bueno. Pero si me ves a los pies de la cama, el enfermo me pertenecerá, y tú dirás que no tiene remedio y que ningún médico le podrá salvar. No des a ningún enfermo la hierba contra mi voluntad, porque lo pagarás caro."


Al poco tiempo, el muchacho era ya un médico famoso en todo el mundo; la gente decía: "En cuanto ve a un enfermo, puede decir si se curará o no. Es un gran médico." Y le llamabam de muchoa países para que fuera a visitar a los enfermos y le daban mucho dinero, así que se hizo rico muy pronto. Ocurrió que el rey se puso malo. Llamaron al médico famoso para que dijera si se podía curar; pero en cuanto se acercó al rey, vio que la Muerte estaba a los pies de la cama. Allí no valían hierbas. Y el médico pensó: "¡Si yo pudiera engañar a la Muerte siquiera una vez! Claro que lo tomará a mal, pero como soy su ahijado, puede que haga la vista gorda. Voy a probar. "Cogió al rey y le dio la vuelta en la cama, y le puso con los pies en la almohada y la cabeza a los pies; y así, la Muerte se quedó junto a la cabeza; entonces le dio la hierba y el rey conveleció y recobró la salud. Pero la Muerte fue a casa del médico muy enfadada, le amenazó con el dedo y dijo: "¡Me has tomado el pelo! Por una vez, te lo perdono, porque eres mi ahijado; pero como lo vuelvas a hacer, ya verás: te levaré a ti."


Y al poco tiempo, la hija del rey se puso muy enferma. Era hija única, y su padre estaba tan desesperado que no hacía más que llorar. Mandó decir que al que salvara a su hija le casaría con ellay le haría su heredero. El médico, al entrar en la habitación, de la princesa, vio qque la Muerte estaba a los pies de la cama. ¡Que el muchacho habría recordado la amenaza de su madrina! Pero la gran belleza de la princesa y la felicidad de casarse con ella le trastornaron tanto que se desechó a todos los pensamientos. No vio las miradas encolerizadas que le echaba la Muerte, ni cómo le amenazaba con el puño cerrado: cogió en brazos a la princesay la puso con los pies en la almohada y la cabeza a los pies, le dio la hierba mágica, y al poco rato la cara de la princesa se animó y empezó a mejorar.


Y la Muerte, fusiosa porque la habían engañado otra vez, fue a grandes zancadas a casa del médico y le dijo: "¡Se acabó! ¡Ahora te llevaré a ti!" Le agarró con su mano fría, le agarró con tanta fuerza, que el pobre muchacho no se podía soltar, y se lo llevó a una cueva muy honda. Y el médico vio en la cueva miles y miles de luces, filas de velas que no se acababan nunca; unas velas eran grandes, otras medianas y otras pequeñas. Y cada momento unas se apagaban, y otras se estaban encendiendo otra vez; era como si las lucecitas estuvieran brincando. La Muerte le dijo: "Mira, esas velas que ves son las vidas de los hombres. Las grandes son las vidas de los niños; las medianas son las vidas de los cónyuges, y las pequeñas las de los ancianos. Pero hay también niños y jóvenes que no tienen más que una velita pequeña." - "¡Dime cuál es mi luz!" dijo el médico, pensando que era todavía una vela bien grande. Y la Muerte le enseñó un cabito de vela, casi consumido: "Ahí la tienes." - "¡Ay, madrina, madrina mía! ¡Enciéndeme una luz nueva! ¡Por favor, hazlo por mí! ¡Mira que no he disfrutado de la vida, que me van a hacer rey y me voya casar con la princesa!" - "No puede ser," dijo la Muerte. "No puedo encender una luz mientras no se haya apagado otra." - "¡Pues enciende una vela nueva con la que se está apagando!" suplicó el médico. La Muerte hizo como si fuera obediente; llevó una vela nueva y larga. Pero como quería vengarse, a sabiendas tiró el cabito de la vela al suelo, y la lucecita se apagó. Y en el mismo momento, el médico cayó al suelo, y dio ya en manos de la Muerte.

octubre 29, 2010

Día de muertos


Se acerca el 2 de noviembre, y con esto, nuestra celebración de la muerte, recordamos a quienes con tristeza despedimos hace poco o mucho tiempo y los recibimos nuevamente para compartir con ellos como cada año una comida o una cena, el vino y el cigarro, la fruta y el pan.


Conmemoramos esta fecha con dulces, ofrendas y hasta con burlas a la muerte con esas calaveritas literarias. Los invitamos a nuestras casas y los visitamos en su morada para estar con ellos, contamos chistes y anécdotas como si los tuvieramos a nuestro lado.


Conservemos esta tradición y mantengamos vivos a nuestros muertos no sólo una vez al año.

octubre 26, 2010

Sábado de alebrijes

En el desfile de alebrijes de este año los héroes de independencia y revolución no pudieron faltar, así que siguiendo con los festejos del bicentenario, nuestros artistas dejaron volar su imaginación para crear las más raras y coloridas criaturas. Morelos, Hidalgo y Zapata, entre otros, se dieron cita este 23 de octubre para pasear por Reforma, en la Ciudad de México.








octubre 20, 2010

Por poquito y no lo volvemos a ver




Zeus llegó a nosotros en junio del año pasado. Abandonado a su suerte (poca que en ese momento tenía), en una bolsa de basura lleno de sus propios desechos y con las orejas pegadas con cinta, con bichos y sin dientes que al mes todos los cachorros deberían tener; gracias a una vecina que lo encontro y ofreció a mi tía para ser cuidado.

Su recibiento fue obviamente un buen baño caliente, comida y una serie de visitas al veterinario por los siguientes días: valoración, desparasitación, vacunas, dieta, etc.

Con el tiempo se convirtió en un perro con mucha energía, cuidadoso con todos y muy noble. Sabía de lo que se había salvado.

Antier al regresar a casa y enterarnos mis hermanos y yo que Zeus estaba perdido salimos a buscarlo sin importar que tuviera varias horas desaparecido y que las posibilidades de encontrarlo disminuían. Las teorías: se salió por distracción de alguien y al no darse cuenta le cerraron la puerta, salió siguiendo algún perro o gato y no encontró su camino de regreso ó lo vieron bonito, tranquilo y se lo llevaron.

Cualquiera era igual de mala porque no sabíamos cómo estaba. Con ayuda de Anubis lo buscamos más de 3 veces sin éxito y todos nos fuimos a la cama tristes y preocupados por la pérdida.

A la mañana siguiente al salir rumbo al trabajo lo vi al otro lado de la avenida casi metido bajo una camioneta, un poco lastimado y muy mugroso, al llamarlo sus ojitos cambiaron por completo "por fin alguien de mi familia", me saludó con entusiasmo pero con miedo de su entorno (y con razón pues tenía rastros de haber peleado con uno o más perros). Me las tuve que ingeniar para devolverlo a casa pues sin collar no arriesgaría al perro en la avenida nuevamente, así que el cable de alimentación del celular me auxilió, y con toda calma regresamos. Por los tiempos no pude mas que abrirle la puerta para que entrara y correr de nuevo a la oficina.

Después y con más calma avisé a los demás para darles la buena nueva: Zeus está otra vez en casa.

Luego de un buen baño y poco más de 24 hrs. en el veterinario Zeus está donde debe. Con su familia.

octubre 15, 2010

Nariz por nariz ¿de verdad?

Es indignante saber cómo después de tantos años y tanta evolución sigan habiendo casos como el de Bibi Aisha, la chica afgana que a sus 18 años fue mutilada como "castigo recíproco" por su esposo talibán, ya que para ellos una ofensa para el esposo es equivalente a perder la nariz.

Creo que independientemente de las culturas, costumbres y religiones el respeto entre los seres humanos es fundamental, aunque parece que esa noticia solo la recibimos algunos de éste lado del mundo. Para ellos sigue siendo normal adorar a las cabras y a las vacas, y sin embargo, ver a la mujer como poco menos que un objeto desechable y sin valor pero sí se puede comerciar y pagar deudas ajenas vendiéndolas y obligándolas a casarse desde los 3 o 4 años, siendo víctimas desde su infancia de múltiples vejaciones que para nosotros son inimaginables y muchas siendo asesinadas en estadios por desobedecido, ante los ojos de hombres de disfrutan de éstos genocidios y de mujeres aterradas que deben aprender y portarse como deben.

La historia de Bibi Aisha parace tener final feliz (aunque su nariz y orejas no opinen lo mismo), pero de una historia feliz tenemos como 3 millones más que terminan en desgracia y es sobre éstas otras historias que tenemos que crear conciencia y entender que no podemos escudarnos ni en las costumbres ni en la religión para hacer semejantes barbaridades.

Como dijo Anabel Ochoa (RIP). "Todos somos diferentes pero todos con los mismos derechos humanos".



A continuación se encuentra la historia de esta chica quien afortunadamente está lejos de su esposo:

http://www.larevistadecirugiaestetica.com/2010/08/bibi-aisha-el-rostro-de-la-barbarie.html

http://www.larevistadecirugiaestetica.com/2010/10/bibi-aisha.html

julio 22, 2010

Y te das cuenta que no sólo te pasa a ti


Hace unos meses comencé a leer los blogs de Yahoo! y me volví seguidora de una bloguera mexicana (Luza Alvarado), me gustó su particular forma de plasmar sus anécdotas, opiniones y tips. Así que me di a la tarea de conocer más acerca de ella. La herramienta: San Google. Encontré un par de blogs más de su autoría y uno de los post atrajo mi atención; su "crónica de un despido" me hizo sentir aliviada, comprendida y no tan sola en materia de despidos injustificados y/o disfrazados; el constatar que todos estamos expuestos a esas situaciones sim importar que tan duro trabajemos, que tan dedicados seamos o que tan al margen queramos mantener el trabajo de nuestra vida personal. Y aunque sé que en su momento yo también hice bien mi trabajo, me sentí menos inepta y rechazada por haber pasado por algo así, porque la gente que ha pasado por eso sabe que en el momento de un despido nos sentimos fatales, nos preguntamos qué pasó, qué hicimos mal y ¿por qué yo?

julio 20, 2010

El gusto por las letras


No soy estudiante de literatura ni tengo nada que ver con las letras en el sentido requerido para dedicarse a escribir, sin embargo desde peque me ha interesado plasmar ideas, historias y anécdotas, todo aquello que sea interesante, nos deje algo bueno y nos permita en la medida de lo posible, reflexionar acerca de nosotros y lo que nos rodea.